martes, 22 de diciembre de 2009

Hora ¿que hacemos?


"El maleficio del tiempo se basa precisamente en la falta de coordinación"- decía Terranova con nostalgia, ante la polaca que arrojaba una polvera oxidada hacia la vereda.
El maquillaje no hacia milagros y la mujer se empecinaba en demostrar lo contrario ante la sonrisa cómplice de Ramón que seguía con su pensamiento.
"Nosotros nos empecinamos en hacer las cosas en tiempo y forma pero el mismo tiempo las deforma".
El cachetazo de Hanna interrumpió la frase al sentirse aludida con premeditación y alevosía
El hombre alcanzó a girar la cabeza en sentido opuesto a la mano y recibió un impacto doble que lo dejó como taba culera.
Se levanto como si no hubiera pasado nada y salvo el rojo de su mejilla parecía que todo seguía igual.
Enseguida aclaró: "Esta es la realidad mas cruel del tiempo que no es lo que se quiere sino lo que sucede.Los relojes y almanaques se confabulan para marcarnos un lapso que no incorporamos en nuestra forma de ser".
"O sea no aprendemos que con el tiempo no se juega y si aprendemos lo hacemos tarde o tal vez perdemos mucho tratando de aprender".
Las frases sonaban algo extrañas en soledad del templo que perdía adeptos ante nuevas agrupaciones más emocionantes y místicas que ofician premios y consuelos en ese orden.
"Es el momento de reconocer que el tiempo es otro"- seguía Ramón y miraba al cielo como si fuera anunciar una lluvia torrencial.
Hanna buscó la polvera y siguió insistiendo en abrirla con los dientes para no prestar atención, que era lo poco que podía prestar.
Ramón se dió por enterado y la dejó masticando la lata en un rincón mientras guardaba sus cosas en una valija arrugada.
Al salir se cruzó con Gauderio, que venia de comprar una botella de vino junto a sus fieles Tatono y Recelo.
Se miraron y entendieron que inevitablemente era una despedida, además Ramón revoleaba un pañuelo como si estuviera bailando una zamba en piso encerado.
Gauderio abrió la botella y por cada sorbo colocaba una prenda en su también arrugada valija. Se quedo con más vino que ropa guardada y entonces se durmió sobre su brazo sentado frente a los perros que no entendían bien que pasaba.
Cheppe entró pateando una lata y al ver el panorama de su madre mordiendo una polvera, un hombre dormido sentado y dos perros jugando con un piolín de salame, sintió que esa lata pateada era su vida.
La levantó del suelo, acomó sus bordes y la abrazó con un suspiro.Después salió corriendo a los gritos de "sálvese quien pueda" "los niños y los perros primero".
Los animales reaccionaron de inmediato y muchos creen haber visto que alcanzaron subir al tren en movimiento sin golpearse, ni perder la lata ni el piolín.
Gauderio se despertó 6 horas después y se encontró con su valija bajo los pies.Sin mirar se incorporo y obviamente se estrelló contra el piso porque no había esquivado la valija.
Con un chichón en su frente caminó en silencio, aunque no duró mucho porque empezó a maldecir a los gritos por el dolor.
"El maleficio del tiempo hacia lo suyo los demás no hacían nada. Muchos cambiaron la hora otros miraban de reojo el calendario sin detenerse en el año. De todos modos la única forma de parar todo es precisamente quedarse parado y esperar".era el texto que en un pedazo de papel madera habia dejado sobre la mesa Ramón.
Afuera el sol derretía la brea de una terraza y como siempre el pronostico no participaba del hecho: había anticipado granizo y conformaba otro maleficio.

martes, 24 de noviembre de 2009

Confeshow tu y el


Despedida la sanguijuela, decidieron por unanimidad realizar una producción independiente de carácter confesional, capitalizando la popularidad de su iglesia.
La fórmula era sencilla y nada novedosa: se dirían frases incomprensibles y un grupo de fieles respondería con palabras jubilosas, tales como aleluya, hosanna o ahijuna; todas con el mismo grado de hermetismo. En casos excepcionales se recurriría al exorcismo masivo con desmayos y vómitos incluidos. Terranova sugirió un bloque de preguntas y respuestas auspiciado por algún Arzobispado que podría llamarse Gane con el Santo Oficio o Respóndale a Torquemada. Hanna, que nada sabía de la Inquisición, se entusiasmó con la idea de despellejamientos en cámara o la Prenda de la Hoguera para aquellos que no dieran con la respuesta adecuada.
-Es discriminatorio. - dijo Tatono con un ladrido que no dejaba lugar a dudas.
Terranova aceptó la observación y sugirió un concurso para estudiantes judíos y musulmanes con un viaje a Bariloche de premio. Los adolescentes, según su religión, se repartirían en dos micros desde los que se insultarían durante unos minutos. Finalmente los choferes introducirían la llave, previamente sorteada y darían contacto. El que arrancara viajaría a Bariloche, el que tuviera la bomba conectada al sistema eléctrico lo haría al Mas Allá.
El canal invitó a la Polaca a promocionar el próximo envío a un programa de la tarde. Su conductora tenía precisas instrucciones de abordar solo temas triviales y poco trascendentes, pero con la mayor superficialidad posible.
El otro invitado era un bancario jubilado que estaba por entrar al Guinnes de los récords en virtud de su persistente sequedad de vientre. El hombre se jactaba de llevar treinta y seis días sin mover el intestino.
Hanna se desempeñó con gran soltura. Habló de su experiencia en materia de bolos fecales y de lo inconveniente de retener ventosidades por mas recoletos que sean los ámbitos en los que estas se presenten.
En un corte, un productor colérico reprendió duramente a la periodista. Esta, en su afán por destacarse había sugerido la necesidad de “educar a la infancia”, desatino imperdonable para las características del ciclo.
Detrás de bambalinas, Tatono y Recelo se disputaban entre gruñidos una albóndiga de utilería olvidada por las camareras de un programa de almuerzos.
En otro rincón, Gauderio intentaba ingenuamente seducir a una columnista de espectáculos destacando con orgullo su condición de pobre pero honrado. La señorita, profundamente conmovida por tan sincero galanteo accedió a entregarle con discreción su tarjeta personal que rezaba en letras doradas PREFIERO EUROS al 20 20.
Terminado el reportaje todos volvieron contentos menos Tatono y Recelo que después de su fallida experiencia con la albóndiga de utilería comenzaron a dudar sobre su futuro en la televisión.

martes, 10 de noviembre de 2009

porno star atenta


Hanna seguía en las tratativas con los productores televisivos que examinaban los alrededores del templo con una calculadora en la mano.Algunos creían que hacían cálculos de eventuales ganancias pero la realidad era que estaban sumando la basura acumulada para medir el raiting, de sus también eventuales, productos mediaticos.
Mientras tanto a pocas cuadras, el tan esperado duelo entre el gitano y Gaudero estaba por comenzar, pero antes de tomar posición de ataque, a la orden de Chepes.Peret se fue a las manos.Tomó las de su rival y comenzó a leerlas.Luego agachó la cabeza y la movió rápidamente,Después sus piernas también se movieron emprendiendo una carrera hacia las vías del tren. Todos quedaron paralizados, algunos porque suponían que el gitano había encontrado algún misterio no revelado en las manos de Gauderio que eran exhibidas a todos los presentes.Otros pensaban lo peor ante el salto hacia los durmientes, que no se despertaron, ante el paso de un convoy.
Era un flaco montado sobre un caballo, mas flaco aún, que se había perdido de un casting de los productores para un reality de Moreno sobre el lejano Oeste violento.
El gitano saltó a la grupa del equino, el flaco le gritó "aquí no" pero fue inútil y mientras le susurraba al oído algo irreproducible,porque no se entendía nada desde lejos,ambos fueron arrastrados por el tren que venia atrás a toda velocidad.
Un testigo dijo que los reflejos del caballo permitieron que pudieran acceder al denominado "mataperros" de la locomotora, que en este caso quedó como "salvalocos".
Una versión indicaba que recién por Tucuman podría saberse el estado de los protagonistas ,incluido el caballo.
Los frustrados participantes del duelo decidieron entonces llevarle las noticias a la polaca que seguía discutiendo, mientras masticaba un clavo que previamente había servido de escarbadientes.
Hanna escuchó a Chepes, luego a Gaudero y finalmente a Terranova,después eructó dejando un rastro de óxido en sus labios y se dejó caer sobre una silla.
La silla se rompió y nadie dijo nada mas.
Los productores apelaron a la ultima opción para su inminente lanzamiento de temporada televisiva y propusieron una serie donde una familia se peleaba por la herencia de un magnate fugado.
Luego de contener a los presentes, que seguían tirados en el suelo junto a la polaca riendose por las similitudes que no existían, avanzaron con la idea.
La trama inédita para la ficción tenia todo lo que requiere un éxito: sexo,lujuria,fastuosas decoraciones,dinero,poder,sumisión,galanes y bellas mujeres Pero el presupuesto era reducido y quedaron solo en hacer un corto triple x con Hanna y los perros para un festival clandestino de zoofilia que se desarrollaría en un zoológico de Afganistan.
Todos quedaron esperando una explicación ante tamaña oferta.Faltaban los emolumentos o el vil metal para analizar en profundidad la propuesta.
Ante la cifra ofertada los productores fueron despedidos con insultos,piedras,palos,escupitajos y mordiscones por parte de Gaudero,Tatono, Recelo, Chepes y Hanna en ese órden.

martes, 3 de noviembre de 2009

Exito muy oxidado(doble sarro=bizarro)


La llegada del productor televisivo sorprendió al grupo. Hanna, ahora adicta a la comida chatarra, dejó un guardabarros abollado a medio masticar para atender al sujeto. Decía tener muchas ideas para un programa, aseveración que hubiera bastado para dudar de su profesión, salvo para la Polaca que moría por convertirse en estrella de la pantalla chica.
El hombre propuso que Tatono y Recelo condujera un segmento informativo para competir con Carozo y Narizotas. Entre noticia y noticia, Gauderio reflotaría su celebrado número de malabarismo con alpargatas y el sepulturero tendría a cargo un segmento dedicado a los signos zodiacales. Peret y Chepe, como cronistas de exteriores, cubrirían todo tipo de actos masivos, despojando a los exaltados concurrentes de sus respectivas billeteras.
- ¿Eso es todo? – preguntó Hanna, visiblemente molesta por su exclusión.
El productor explicó que esa era la primera parte del proyecto. Luego del éxito vendría la tira diaria: Ya Tiene Comisario el Pueblo, versión 2009, con Terranova en el papel que llevara al cine el recordado Ubaldo Martinez.
Tenemos un galán maduro como jefe de la División Narcóticos en lucha sin cuartel contra la Mafia de los gitanos, acompañado por su fieles perros rastreadores. Gauderio interpreta un adicto que colabora con la policía. Claro que a la historia hay que condimentarla con un poco de sexo y morbo…
- Totalmente de acuerdo. – interrumpió la Polaca entusiasmada, mientras se escarbaba la dentadura con un rayo de bicicleta.
- El comisario – se entusiasmó el tipo – tiene una relación de zoofilia con los sabuesos, un ménage a troi, pero todo muy cuidado, muy sugerido.
- Usted es un degenerado. – explotó la gorda ignorada nuevamente. Un xenófobo machista y un homosexual reprimido. A mi esposo y a mi hijo los condena al papel de villanos por su condición de gitanos, y sus libretos no incluyen mujeres, demostrando su fobia hacia el sexo débil.
Así está la televisión – continuó indignada - . Ignominiosa, baja, envilecida, y degradada. Una abyección, un oprobio y una infamia. En definitiva, – finalizó – un abuso, un atropello, una extralimitación del mal gusto.
Terranova escuchaba estupefacto el discurso de Hanna, su manejo del lenguaje. Gauderio, y los Pata Negra intuían que había dicho algo importante porque no habían entendido ni una palabra. Tatono y Recelo siguiendo su instinto canino gruñían y mostraban los dientes intimidando al productor.
- Que lástima – dijo-. Había pensado en usted para un espectáculo unipersonal. Gorda, Sucia y Atorranta, se llama.
- Siéntese caballero – dijo la Polaca amablemente. Se nota que usted sabe reconocer un verdadero talento.

martes, 27 de octubre de 2009

Tensa Calma (¿en que quedamos?)


Tatono quedó malherido por lo que salió al trote sin muchos problemas, dado que si hubiera sido bienherido estaría tramitando su segunda resurrección ante San Pedro.
En el paraíso seguían con la prohibición de ingreso, pero estaban debatiendo el tema porque se producía, un éxodo masivo al infierno de buenas almas.Los perros se habían sindicalizado y hacían piquetes de protesta que interrumpían el transito celestial.Los buenos cristianos salían de Sí y entraban en No para emprender a patadas a los rebeldes, que respondían con tarascones poco angelicales.
Las reacciones derivaban en el inmediato traslado a las profundidades diabólicas donde también se producían problemas, porque el acceso ya estaba colapsado por la cantidad de postulantes.
Tatono sabia de las contradicciones de la vida y la muerte y decidió retirarse al templo a meditar, pero en la puerta un cartel indicaba "cerrado por duelo".
El perro se estremeció, porque empezaba a correr un viento del sur que bajaba la temperatura.En la esquina la presencia de Recelo, atendiendo el puesto de salchichas lo hizo saltar de alegría.
Ambos animales se cruzaron en un apatazo (versión canina de abrazo)y después de deglutir 3 panchos comenzaron a intercambiar opiniones.La primera fue ratificar su rechazo absoluto a poner una propaganda que diga "hot dogs" por convicción ancestral y vital.
Recelo detalló que el duelo era entre Gauderio y Peret y se desarrollaría en la madrugada, en una canchita de fútbol que estaba detrás de la estación de tren.
Según los códigos se utilizarían gomeras de madera, con bandas de cámaras de bicicleta y cada contendiente dispondría de 5 bolitas de rulemanes oxidadas, para enfrentarse a unos 30 metros de distancia.
Chepes sería el árbitro y ya se encontraba en la canchita vestido de negro con un silbato colgando para inspeccionar el terreno.
Hanna se había llevado una cortina de la cocina y lo usaba de velo para no ver el desenlace, aunque la tela comida por las polillas le permitía una excelente visión.
Terranova fue designado a cavar dos fosas para estar prevenido ante el empate y con un cucharón estaba en su viejo oficio desde temprano.
Según Recelo todo se originó cuando Gauderio pasado de copas se quizo propasar con Hanna.El gitano herido en su orgullo, porque la mujer accedía sin chistar le arrojó un guante.
Como era el que usaban para lavar los platos, Gauderio no se percató del mensaje y reaccionó cuando Peret cambió el latez por una damajuana obviamente vacía.
El duelo quedó planteado y a juicio de Recelo, no había mucha posibilidad de que se realizara, porque parecía ser un artificio del gitano para sacarse de encima a la polaca que le pedía cada vez mas, que se le tirara encima.
Los perros coincidieron en armar una estrategia y crearon salsa golf con los restos de mayonesa y kechup de los envases.
Después decidieron acercarse al campo de batalla donde se jugaba un partido entre casados y separados que parecía una guerra. Chepes no paraba de expulsar a las mujeres que gritaban desde la linea de fondo por su ex y actuales que eran los mismos.
Para tener un mejor panorama los canes se subieron a un árbol y se quedaron dormidos.Dos horas después se arrojaron al vacío.El olor los había despertado y además se zambuleron a una morcilla y una tira de asado que permanecían en una parrilla improvisada con una tela mosquitera.
Los jugadores se percataron de la invasión y el partido fue suspendido por fuerza mayor.Los perros tenían menor fuerza pero lograron uir con un chinchulin quemado.Chepes puso orden y con un cuchillo y una tabla empezó a repartir sin dejar de probar antes, cada porción.El vino calmó los ánimos y Gauderio practicando con la gomera tambien.Los jugadores creyeron que se trataba de un show incluido en el alquiler de la canchita.

lunes, 26 de octubre de 2009

Aclara y yema (estamos fritos)


Enterado del auto secuestro, Terranova reprendió duramente a Tatono por haber angustiado en vano a toda la feligresía. Debían pensar – sugirió – como evitar el descrédito.
El gitano sugirió molerlo a patadas para simular la dureza del cautiverio, y la polaca guisarlo con papas con el doble propósito de alimentar al grupo y cobrar la póliza del seguro. Chepe propuso ocultar la información e iniciar una colecta nacional argumentando que los mejicanos pedían una suma millonaria en dólares. Hanna consideró brillante la idea del pequeño bribón pero como corresponde a una madre lo sentó de culo de un sopapo. De pronto una voz atronadora interrumpió la discusión.
- Ustedes saben que hemos venido desde muy lejos a rescatar al perrito santo.
Cagamos – pensó Gauderio – mientras de un patadón mandaba a Tatono debajo de la heladera mostrador para evitar que el temible Pombero se enterara de la farsa y como represalia cometiera una desfloración masiva.
- Lamentablemente – continuó mientras su séquito lo escuchaba con respeto – nos tenemos que marchar de urgencia. Leonardo Favio va a filmar la vida del Gauchito Gil y nosotros formamos parte del elenco.
Desde su escondite a ras de piso, a espaldas del engendro desnudo, Tatono se relamía observando el enorme colgajo que de frente ocultaba la barba, confundiéndolo con un generoso embutido.
- La coreografía es de Pepito Cibrían, y las chicas – agregó señalando a las rubias – hacen los coros cuando Carlos Gardel llega a Nuva York para promocionar la pelea entre Dempsey, reciente vencedor de Firpo, y Antonio Mamerto Gil, que sube al ring vestido de gaucho dispuesto a vengar a su compatriota injustamente despojado de la corona de todos los pesos.
- Usted está seguro de que la película es de Favio. – preguntó Terranova confundido.
- Absolutamente. El Ekeko interpreta al Ciego de Carriego, que fuma, fuma y fuma, sentado en el umbral.
- ¿Y ella? - dijo la Polaca señalando a la Difunta Correa.
- Es Gatúbela, mi pareja, yo tengo un protagónico, soy Sansón. Cuando la pérfida Dalila corta mi barba para hacerme perder la fuerza, no hace más que liberar mi verdadera arma mortal y toda la testosterona acumulada.
Con la gesticulación, la virilidad del Pombero era un péndulo delante de las famélicas fauces de Tatono, de las que caía un copioso hilo de saliva.
La verdad – insistió Terranova – que esa película me parece un verdadero disparate.
- Y a mí – contestó el sujeto peludo – me parece una estupidez que una celebridad como yo, y mis amigos, estemos dando explicaciones a un grupo de ignorantes que lamentan la pérdida de un perro de mierda.
El hambre y la indignación del cuzco santo se fundieron en un solo mordisco. Cuando Recelo se sumó al festín, una leyenda murió para siempre.

martes, 20 de octubre de 2009

Tomo y ombligo


Recelo permanecía en un rincón con las patas tapándose las orejas y a la vista de cualquiera parecía que estaba aturdido por los excesos que provocaba la grapa.
Risas sin sentido y frases filosóficas cruzaban el salón como “no somos nada”, “el tamaño no importa”, te morís si comés sandía ahora”, “es mentira lo de los enanos”, y hasta “o mi plata no vale”.
Recelo en realidad ocultaba un auricular que bajaba hasta su panza donde un celular lo mantenía en contacto con Tatono que no entendía nada.
El ruido no lo dejaba descifrar los ladridos de su compañero y además permanecía con una capucha en su cabeza que no le permitía ver que el celular estaba en una mesita a unos veinte metros.
Recelo comprendió que debía utilizar su recurso para salir sin despertar sospechas. Se acercó al primer hombre, que lucia unos zapatos muy brillantes y levantó su pata izquierda arqueando el cuerpo.
Cuando esperaba el consabido patadón hacia la puerta, las risas crecieron y ante su intrascendente acción solo atinó a desahogar sus riñones.
Los zapatos siguieron brillando y el hombre, lejos de sorprenderse se los lustró con la botamanga y arremetió contra una botella que permanecía a medio tomar.
Ante el masivo operativo herradura, donde todos estaban pegados a los vasos, el valeroso can se perdió en la noche.
Se fue para la izquierda pensando que tenia la avenida a unas cuadras pero se encontró con un potrero donde se disputaban un picado, unos muchachotes que habían robado un salame en el almacén de la esquina.
Picado fino vino y algo de pan los entretenía hasta que vieron al perro y comenzaron a arrojarle cascotes en un cruel concurso místico donde gritaban “ el que se sienta pecador arroje la primer piedra”.
Recelo esquivó la bíblica acción con diabólica reacción, mandándolos a encontrarse con sus progenitoras que superaban la trayectoria de Maria Magdalena.
Al cabo de dos horas de andar Recelo llegó a su destino: la intersección de México y Deán Funes que era la clave que pocos podían descifrar y menos después de 14 botellas de vino y 9 de grapa.
En el interior dormían cuatro personas y Tatono no, porque la capucha no lo dejaba respirar con normalidad.
Recelo liberó a su amigo y se despertaron los hombres, que darse cuenta de lo que sucedía se volvieron a dormir.
El plan se desarrollaba según lo previsto por Tatono el auto secuestro en una casa tomada lo haría más popular y podrían extender las filiales de los pragmáticos apocalípticos.
Los bolivianos contratados para hacer de mexicanos eran dúctiles y tenían experiencia en mexicaneadas.
La casa tomada estaba igual que el salón donde Terranova, Gauderio y Peret improvisaban chacareras y ante cada aro aro Chepe arrancaba alguno de las desprevenidas orejas de las mujeres que reían ante las experiencias de Hanna con sus famosas recetas.
El templo permanecía abierto y solo una pareja se estremecía bajo un cartel que rezaba (solo el cartel) ama a tu próximo.

fe cunda el panico


La noticia se filtró a los medios que no tardaron en reflejar en sus portadas el secuestro de Tatono.
La Iglesia Electrónica Digital – aclaraban- era una ramificación del poderoso Cártel de Querétaro que utilizaba el tráfico de drogas y armas químicas como fachada para esconder el lucrativo negocio de las religiones. En el Distrito Federal operaban bajo su órbita varias iglesias y sinagogas, y ahora incursionaban en las no tradicionales como La Santa Chingadera de Chihuahua, Las Adoratrices Chichoneras de Chiapas y Los Auténticos Chichipíos de Chichén Itzá, entre las más conocidas. El éxito de Tatono había confirmado entre los mejicanos la fama argentina en el arte de meter el perro.
Quién podía dar cobertura nacional a tamaña organización delictiva. – se preguntaba retóricamente un agudo editorialista. Algún ministro de confesión diaria. – se respondía sin duda alguna.
En tanto en el boliche, entre grapa y grapa se planeaba el rescate con estratagemas tan absurdas que eran festejadas con sonoras risotadas y vueltas de copas invitadas por ocasionales parroquianos. El gitano Peret y Chepe intentaron hacer una colecta argumentando que irían en persona a pagar el rescate, recibiendo como respuesta un carcajeo interminable.
Cuando se abrió la puerta el bar enmudeció. El monstruoso personaje que lideraba el grupo estaba completamente desnudo. Era un fornido moreno, retacón, con los brazos tan largos que rozaban el piso; boca grande y alargada, ojos chatos como lechuza y cejas velludas. La larga barba ocultaba su miembro viril que arrastraba entre quejidos al tomar contacto con colillas de cigarrillo mal apagadas y filosas tapitas de cerveza.
Me llamo Pyragué, mas conocido en Corrientes como El Pombero, y voy a rescatar al cuzquito santo que es de los nuestros.
El sepulturero Terranova, entendido en mitología guaraní, dio un paso adelante y lo examinó de pies a cabeza.
-Cómo puedo estar seguro de que usted es el mítico Pombero, terror de las muchachas del litoral y famoso preñador a distancia.
El mostrenco amagó con desplazar la barba hacia un costado pero Terranova se interpuso protegiendo la sensibilidad de la concurrencia femenina y dando por zanjado el entredicho. La polaca ensayó una protesta pero fue severamente amonestada por el pequeño Chepe quien la llamó gorda trola.
A continuación el visitante presentó a quienes lo acompañaban.
-Ella es Deolinda Correa, la Difunta para los amigos. El petiso del pucho en la boca es el Ekeko, mi hombre de confianza. Las rubias son Mary, Peggy, Betty y Julie, son de New York.
- Y ellas que función cumplen. – preguntó inocentemente Gauderio.
- Oficialmente son las porristas del comando, - dijo El Pombero dando por finalizada la conversación. – Los tendré al tanto.
El esperpento se retiró dando vuelta los pies peludos, avanzando de espaldas hacia la puerta, condición que le permitía en ciertas ocasiones dejar huellas que confundían a sus eventuales perseguidores. Con dos muchachas a cada lado, rodeadas por los hombros con sus largos brazos se fue canturreando un fox trot gardeliano con voz aguardentosa.
-“…dan envidia a las estrellas, yo no se vivir sin ellas”.
Atrás lo seguía el Ekeko, con su eterno cigarrillo a medio fumar y Deolinda Correa quien de buena gana se hubiera tomado una gaseosa bien helada.

martes, 13 de octubre de 2009

Vendrán caras extrañas


La multitud que se agrupaba en el templo de los Pragmáticos Apocalípticos era cada vez mayor lo que originó un negocio multifacético a su alrededor. A las consabidas imágenes de Tatono en todas las formas posibles se sumaron puestos de panchos que eran supervisados por Recelo con ídem y algunos sex shop que ofrecían el paraíso con variables místicas.
Un cartel señalaba que "el éxtasis se logra con o sin palabras" y otro mas contundente rezaba "amen-se o ame-se: el órgano no solo se toca en misa".
La gente curioseaba y alguna que otra mujer quería probar los accesorios pero era según la edad, ubicada en un sector alejado o en la mitad de la calle. En ambos casos con un envión debajo de la espalada, aunque variaba el objeto de impulso. En unos era la mano en otros el pie.
Al caer la tarde,sin lastimar a los fieles,un grupo quiso ingresar al templo pasando desapercibido pero no lo logró. No solo porque eran cuatro motos que abrían el tránsito a los gritos, sino porque seguían tres camionetas blindadas de cuyo interior bajaron 20 mexicanos fornidos y uno muy flaco.
La identidad era obvia por los exagerados sombreros de casi un metro de diámetro que portaban aun casi de noche y además porque baleaban a los que se interponían gritándoles "fuera manito".
Precisamente les apuntaban a las manos con una escopeta de caño recortado disparándoles a la altura de las muñecas, incluso a las mujeres.
En el interior Tatono reconoció al líder, porque no solo era el mas flaco, sino porque lo tomó del cuello y lo arrastró hasta su camioneta sin decir palabra,mientras sus escoltas disparaban primero balas y después del lugar.
Recelo no pudo impedir el secuestro y sólo atinó a defender su puesto de panchos con uñas y dientes y aprovechó para deglutir seis salchichas sin condimento.
Gauderio,Terranova y el gitano llegaron cuando todo estaba en silencio y los cuerpos dejaron de quejarse.
Escondidos bajo un sex shop ambulante Hanna y Chepe salieron al encuentro portando un vibrador en señal de lucha.
El gitano no esperó aclaraciones y comenzó su carrera hacia el horizonte que estaba a pocas cuadras y se trataba de un bar donde tenía cuenta corriente para tomarse unas grapas.
Recelo,aturdido por la falta de condimentos, relató lo sucedió pero no lo entendieron porque aun tenia una salchicha en la boca.
Hanna corría detrás del gitano y Chepe explicó lo sucedido sin dejar el vibrador que cautivaba a unas ancianas que se acercaron a escuchar.
El desconcierto era total y crecio al encontrar una tarjeta en la entrada del templo. En letras doradas el pequeño cartón señalaba "Iglesia electrónica digital"-"la verdad caiga quien caiga"-"DF y todos los demás".
Chepe tomó la tarjeta y preguntó ¿DF, es Dios Furioso?? a lo que Ramón respondió golpeándole las rodillas- "Es dos fuera" y tomando a Gauderio del hombro se lo llevó corriendo hacia el horizonte donde el gitano y Hanna compartían una velada.
En el salón del bar estaban velando a varias víctimas de las balas mexicanas y servían licor mientras rezaban en silencio, solo interrumpido por algún quejido provocado por las mujeres que seguían Chepe con el vibrador encendido.

viernes, 9 de octubre de 2009

pesar, pasar y posar


Terranova el sepulturero los convenció de que lo acompañaran a cumplir un sueño largamente postergado: conocer el cementerio de La Recoleta. Gauderio y el gitano accedieron de mala gana. Les habló del arte funerario como expresión excelsa de la creatividad, de sus estudios de tanatología por correspondencia, lamentablemente inconclusos, y de su profunda admiración por el licenciado Alfredo Péculo, fundador de Cochería Paraná, sin lograr despertar la menor atención de sus acompañantes.
A poco de llegar Gauderio, repartía pésames a diestra y siniestra, quitándose la gorra vasca en señal de respeto. Treinta y dos cadetes que visitaban la tumba del general Ramón Falcón recibieron uno a uno los pesares y felicitaciones por respetar la voluntad del finadito padre, que en eterna paz descanse, vistiendo su uniforme.
Un grupo de estudiantes de arquitectura tomaban apuntes frente a la bóveda de la familia Cambaceres, garabateando en sus cuadernos la escultura de la joven Rufina tomando el pomo de la puerta.
-Art Noveau – comentó la morocha de pantalones ajustados, al verlo interesado.
- Enfermedad de mierda – contestó Gauderio visiblemente acongojado mientras estrechaba la mano de los universitarios repitiendo la fórmula “le acompaño el sentimiento”.
A la distancia, Terranova arrastraba de un brazo al gitano Peret que con un destornillador pretendía hacerse de unas pesadas placas de bronce que adornaban la sepultura de Luís Federico Leloir.
Cuando la Polaca ingresó al templo, los fieles entonaban Tengo una Vaca Lechera en virtud de que un recurso de amparo presentado por las más altas jerarquías eclesiásticas había prohibido el uso del cancionero religioso con el argumento de que Tatono no estaba bautizado. Los niños hacían rondas en el altar y las madres tomaban fotos con sus teléfonos celulares. Chepe se negó a unirse al grupo de párvulos con argumentos tan sólidos que sólo pudieron ser refutados por su madre con una sonora bofetada.
Mientras tanto los milagros se sucedían caóticamente. La viuda de un tal Lázaro protestaba amargamente por la resurrección de su esposo que era un tacaño y un grupo de pequeños rompían en llanto al ver sus caramelos convertidos en duros panes y repugnantes peces.
Un rabino y un sacerdote discutían acaloradamente reclamando para sí la potestad de la percepción del diezmo, esgrimiendo contradictorios derechos adquiridos. En un rincón de la sala, dos demonios recientemente expulsados del cuerpo de un poseso fumaban sin saber que hacer.
El exorcizado, en pleno uso de sus facultades mentales, se aburría soberanamente añorando los momentos en que escandalizaba a Barrio Norte paseándose desnudo con medio melón en la cabeza.

martes, 6 de octubre de 2009

El viento los amontona


Hanna seguía su derrotero tratando de hacerlo victorero y en un paraje donde corría un río muy manso,logró alcanzarlo porque no era bravío y aprovechó para bautizar a su pequeño con el nombre de Chepe.
Ya lo tenia a costumbrado al diminutivo cada vez que el niño bailaba sobre cualquier mesa o se abalanzaba sobre alguna persona para leerle la lineas de la mano
La mujer le gritaba "che pende" "vení a para acá y cobrale bien"..
Chepe recibió el agua y saltó de bronca al camión con los obreros que dormían sin percatarse de la parada, porque el conductor también dormía. Cosa habitual a las 5 de mañana y poco frecuente para un baño aunque sea bautismal.
La madre abrazó a su hijo que aprovechó para morderle el brazo con todas sus fuerzas y ante el primer hilo de sangre ambos se quedaron dormidos, aunque después se comprobó que Hanna se había desmayado del dolor.
Mientras los medios se juntaban y hacían un entero con los milagros de Tatono en su sede de los pragmáticos apocalípticos,los detractores se empezaron a preocupar.
La crisis del campo tenia paralizada la actividad y los tractores como las cosechadoras no tenían mucho que hacer por lo que vieron las cámaras y salieron en su búsqueda.
En la pequeña y cada vez mas concurrida área espiritual colgaron un cartel que decía "dejen entrar la luz canina",pero los odontólogos que usaban alógena se opusieron y entonces quedó “dejen entrar la luz”.
Las empresas energéticas auspiciaron los sermones del cada vez mas popular perro con un eslogan muy efectivo.”resplandece su perra vida”
Algunos no estaban conformes pero igual asistían porque los milagros se sucedían y no tenia sentido desaprovecharlos. La mayoría de los milagros precisamente no tenían sentido.
Un rengo de 73 años logró cumplir 74 y dejó de serlo sólo en la quiniela porque se llevó por delante una tarima con velas.
Una mujer muy fea que buscaba un marido encontró uno tan feo como ella y perdió en la multitud sin reclamar.
Una nena que tartamudeaba logró decir "tatarabuela y tataranieta" y se fue silbando para no tener que pronunciar nada mas.
Tatono crecía solo en popularidad y adhesión, pero decrecía porque 8 sermones diarios no le permitían comer mas que unos restos que le arrojaba Recelo que si crecía en grosor.
En un pueblito olvidado por el futuro y también por el presente y pasado el camión con Hanna y sus obreros fue detenido.
Un algarrobo al costado de la ruta lo frenó en el medio del radiador, cuando el chófer todavía dormido insistía con el acelerador en una curva muy sinuosa.
El golpe despertó a todos incluso a Chepe, que emprendió su camino de la mano de su madre y sin mirar atrás, porque se había llevado las pocas pertenencias de sus compañeros de ruta.
A poco de andar se sorprendieron por una caravana que cantaban salmos y aplaudían el viento.
El viento calmo no reaccionaba pero madre e hijo subieron y se confundieron entre la gente.
Chepe aprovechó para manotear algunas billeteras mientras no dejaba de bailar y Hanna acompañaba al coro con un quejido que surgía de haberse apretado un dedo con la puerta trasera del vehículo cuando subió.
En el templo pedían a todos orar y un recién llegado gritó "las cuatro y media der la tarde".

viernes, 2 de octubre de 2009

Ser o no ser mon


Tatono lanzó un largo aullido coronado por dos ladridos cortos, el último levemente desafinado a causa de una mala administración de su capacidad aeróbica. Un grupo de Baladitas, de la Orden Libanesa Maronita, cayó de bruces al identificar claramente El Sermón de la Montaña. Para el mazdeísmo no había dudas de que se trataba de la palabra de Zoroastro en sánscrito. Dos jóvenes iraníes, en señal de sumisión, procedían a arrancarse los pelos, el uno al otro. En un geriátrico vecino, un grupo de ancianas que rezaban el rosario sufrieron orgasmos múltiples y simultáneos.
El fenómeno produjo un estremecimiento que atravesó fronteras culturales y religiosas.
Los taxistas cobraban un precio justo y los monjes capuchinos provocaban un cisma al volcarse en masa al apetitoso submarino.
Los móviles radiales y televisivos cubrían en directo el prodigio, y sus cronistas, sorprendentemente, escuchaban las respuestas de sus ocasionales entrevistados.
La prensa sensacionalista coincidía en el carácter divino del perro y su mensaje apocalíptico. En absoluta disidencia, un columnista agnóstico escribía que el cuzco era un farsante y que verdadero Apocalipsis llegaría si la Selección de Fútbol no se clasificaba para el mundial.
Mientras tanto los hechos se sucedían y tambaleaban las convicciones religiosas. Una veintena de Monjes de Clausura se ofrecía como inspectores para la Dirección de Bromatología y la Orden de los Agustinos Recoletos se mudaba al menos coqueto barrio del Once.
En el pequeño templo, fieles de los rincones más remotos peregrinaban con velas y flores para Tatono y su apóstol Recelo, encargado de buscar entre los dones, alguna ofrenda que calmara su apetito.
La revolución de la moral y las costumbres parecía no tener límites. Los policías pagaban la pizza y los viernes los maridos cenaban con sus amigos. Las Carmelitas Descalzas miraban embobadas las vidrieras de Guido y las órdenes mendicantes se buscaban un trabajo decente, renunciando a vivir de la limosna.
Chamanes y Espiritistas se abrazaban jubilosos, y los luteranos saludaban al Papa en el día de su cumpleaños. Un sacerdote que regenteaba un hogar de niños huérfanos dejó los hábitos para casarse con un despachante de aduana, por iglesia y con vestido blanco.
Cuando el empresario escuchó la propuesta del ministro no pudo ocultar su rostro de sorpresa.
-Pensé que el diego no corría más. –dijo como quien pide disculpas.
- Mi amigo, – respondió el funcionario mientras lo acompañaba hasta la puerta echándole un brazo sobre los hombros – ante tanta locura alguien tiene que mantener la cordura. Venga el domingo por el country y nos tomamos un champancito; traiga a su señora.
Muerto de hambre, Tatono agradecía los presentes de los fieles, que desfilaban sin cesar con un leve movimiento de cola. Mas velas y mas flores, alguna imagen de la Virgen Desatanudos, pero ningún chorizo, ni siquiera un caracú. La incomprensión de la feligresía lo hizo recordar al niño Jesús.
Enterados de su nacimiento los Reyes Magos le llevaron de regalo oro, incienso y mirra. Ni una puta mamadera.

martes, 22 de septiembre de 2009

Al abordaje (sin agujas de bordar)


La crisis llegaba al sistema de salud,aunque muchos decían que jamás se había ido. Los trabajadores de los servicios sanitarios hacían retención de tareas y como muchos no hacían nada, retenían la comida de los enfermos.
Tatono y Recelo sabían de crisis y se postularon para timonear la situación pero fueron desechados,porque algún delegado suplente dijo con una contundencia feroz,que si bien no eran carneros podrían hacer una perrada.
Ramón, Gauderio y el gitano sabían de problemas y emprendieron la estrategia habitual, se fueron ante el primer tumulto y griterío.
Despechados como almas sin pena,los canes acompañaron en silencio,porque no se justificaban ladridos y los gruñidos abundaban.
La ciudad los recibía con los brazos abiertos y los cerraba inmediatamente por lo cual se sintieron ahogados.
Un barrendero que luchaba con una tapita de cerveza incrustada en la vereda,los miró con curiosidad. El gitano estaba todavía con la bata del hospital que llevaba un tajo atrás y atraía a un grupo de borrachos que vociferaban palabras irreproducibles. Aunque algunos expertos en lingüística señalaron que la mayoría expresaba entre eructos "o mi plata no vale".
El hombre dedicado a limpiar levantó el escobillon en señal de poder y señaló a unos 20 metros una puerta anaranjada como destino único a la desventuras del grupo.
La puerta cedió ante los golpes de Ramón porque estaba podrida por el agua y no tenía bisagras.
En el interior del lugar una mujer que dijo llamarse Edith,dijo que la llamen Beatriz porque el primero de los nombres era solo para ella.
Beatriz era viuda de un almacenero sevillano que al heredar puso una pensión en el fondo del comercio sin vender el ídem.
Así entonces entre galletitas y fiambres colgaban 15 llaves de habitaciones donde también se guardaban bolsas de harina y arroz.
La mujer los recibió con cortesía y les preguntó si querían 100 gramos de queso de chancho o una habitación para los 3 pero no se aceptaban animales.
Los perros mostraron sus dientes y la dueña cortó entonces 100 gramos de fiambre creyendo que era el pedido.
Cuando los desahuciados lograron explicar su presente Beatriz o Edith no tuvo contemplación por el futuro y los echó a la calle aunque la fortuna hizo que cayeran en la vereda y no pasara ningún vehículo que los hiciera volver al hospital que seguía en conflicto pero agravándose.
Sin rumbo fijo Tatono giró sobre sus patas y escuchó una plegaria conocida. En la plaza frente a la estación, un grupo de pastores predicaban sobre el pasto.
El valeroso can se acercó y tomó el megáfono para darle una mordedura creyendo que era comestible, pero al reconocer la tecnología comenzó son su arenga.
Mas de 400 personas se acercaron a escuchar los gruñidos y ladridos que no comprendían pero les resultaba familiar a muchos, que recordaban a suegras esposas y jefes.
Los pastores encontraron una nueva salida a la falta de entradas y convencieron al grupo a seguirlos hasta la sede social y templo, que poseían en las afueras de la ciudad.
El hambre, el cansancio y el aburrimiento hicieron el resto y la iglesia de los pragmáticos apocalípticos reclutaba fieles y no tanto.
En la ruta Hanna subía a su pequeño gitanito en la caja de una vieja camioneta y se colgaba del paragolpès aunque no paraba nada, porque las rodillas de la mujer daban lastima.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Quijotes de PU (pabellon de urgencias)


El jefe de terapia intensiva ordenó para los heridos sendas tomografías computadas con carácter de urgente, provocando estentóreas risotadas entre el personal a cargo del servicio.
Un empleado de overol, con los ojos desorbitados, pateaba con sus pesados borceguíes el aparato que solo atinaba a responder con un débil parpadeo de lucecitas. Su compañero, con un grueso caño galvanizado hacía palanca en un intento vano de liberar un paciente atrapado que presentaba muy debilitados sus signos vitales. En tanto un tercero a quien nadie escuchaba, insistía en la necesidad de un cambio de aceite y filtro.
Ante la imposibilidad del chequeo, Terranova y Peret fueron internados transitoriamente en la lavandería, lugar tranquilo en virtud de la falta de funcionamiento de las máquinas lavadoras.
Horas mas tarde ingresó al hospital Gauderio. Lo revisó un médico rodeado de un grupo numeroso de residentes que observaban con curiosidad los síntomas del paciente. Después de secarle el rostro con un trapo rejilla, ante la carencia de algodón y gasa, diagnosticó sin mayor interés.
-Para la ciencia, coma etílico. Entre nosotros, chicos, un pedo de Padre y Señor nuestro.
Antes de retirarse, una jovencita le pegó un gastado chicle en el pelo, compartiendo su ocurrencia entre risitas con sus compañeros.
En cirugía, Tatono y Recelo armaban una gran batahola disputándose entre gruñidos la pierna de un diabético, recién amputada.
Ajena a estos avatares la Polaca avanzaba a campo traviesa dejando atrás las ruinas del rancho en compañía de los linyeras que la designaron cocinera de la comitiva.
A la hora de la cena encendió un fuego con bosta seca y en una lata de dulce de batata improvisó un clásico puchero de campaña. Media docena de cuises y tres comadrejas no fueron suficientes para saciar tanto apetito, pero convinieron en que mañana seria otro día.
Hanna se acostó tapada con una raída frazada pero no pudo pegar un ojo, intuyendo un asalto de los hombres, deseosos de obtener favores carnales. Al amanecer sus sospechas se desvanecieron. Se consoló pensando en que se trataba de gente pobre pero muy respetuosa.
Terranova y Peret fueron mudados de la lavandería. Los operarios, una vez destruido por completo el tomógrafo debían ocuparse de reparar los lavarropas, bien provistos de martillos, barretas, y otras herramientas de precisión.
Los acomodaron en toco ginecología a condición de que no molestaran con sus quejidos y que de ser necesario dieran una mano a los profesionales en lo que se les requiriese.
Al gitano, la pérdida de masa encefálica le sentaba bien. Sentía que había echado lastre.
Gauderio dormía por tercer día consecutivo en la misma carretilla que utilizaron para ingresarlo. Tatono y Recelo, entre aullidos, lo lloraban creyéndolo muerto.

martes, 15 de septiembre de 2009

Caos oscuro (tango olpeado)


Un kiosco amortiguó el impacto de la locomotora gracias al despliegue de la tapa de los diarios que contenían noticias muy duras.
Las ambulancias irrumpieron como siempre provocando caos, pero nadie se daba cuenta porque ya estaba el caos antes de la llegada de los vehículos.
Los heridos eran arrastrados por los pies ante la falta de camillas que eran usadas para la siesta del conductor.
Tatono y Recelo cayeron sobre el techo de un puesto de panchos y se lanzaron sin pensar que condimento elegirían
Ramón y el gitano eran cargados por un fornido enfermero que no hacia mas que reírse de las pequeñas heridas y los trababa de diarreicos pero en otra acepción.
Los comentarios finalizaron cuando Peret logró acertar un puntapié en un diente blanco del hombre que enrojeció todo, menos un incisivo y los embocó en el interior de la ambulancia que estaba a 40 metros.
Gauderio deambulaba desorientado tratando de encontrar a sus amigos y mascotas y ante su actitud tres senegaleses se acercaron y le dejaron una valija con cadenas y anillos para que vendiera en los andenes.
Saciada la primera necesidad los perros fueron por la segunda y terminaron con 38 panes y dos bolsas de papas fritas chicas que completaban el combo promocional.
Dejaron las bebidas de lado para evitar hinchazones por el gas y porque la mayoría era dietética y querían dejar de estar a dieta líquida.
Gauderio seguía atontado y como era su estado natural nadie se detenía ni a mirarle un anillo.Opto por sentarse y tomarse la cabeza con las manos pero descubrió un puesto enfrente y decidió que mejor era tomarse unos vinos.
Cambio la valija por un litro de tinto y estaba en su apogeo cuando los senegaleses avisados por el cantinero comenzaron a increparlo.
Como no sabía el idioma siguió tomando despacio y en un descuido se las tomó pero muy rápido.
En la calle un piquete de taxis boys lo llevo en andas mientras gritaban reclamando por la suba de la bajada de bandera.
Tatono estaba lo mas pancho recostado sobre un cajón de mostaza mientras Recelo también con muchos panchos, le pidió buscar por la estación a sus amigos.
Mimetizados como perros salchichas comenzaron a correr ante la mirada hambrienta de los senegaleses que se cansaron de buscar.
Peret y Ramón eran ingresados a terapia intensiva en un hospital cercano con múltiples traumatismos de cráneo.
El fornido enfermero salía a fumar a la vereda pero como las baldosas estaban húmedas pidió un cigarrillo al primero que pasaba.
Uno de la multitud le arrojo un paquete arrugado, mientras la marcha de protesta se sumaba al caos y pasaba desapercibida.
Salvo por la figura del pobre escuálido que en calzoncillos portaba un cartel pintado de negro y amarillo y decía "Basta No todo lo que sube tiene que bajar".

Nacer o no ser


El golpe fue tan violento, que desparramada entre las astillas del sofá y con las piernas abiertas, la polaca tuvo la terrible sensación de haber perdido el embarazo. Lo que en realidad perdió fue una horma de queso cuartirolo que escondía entre sus bragas para casos de emergencia. La pieza salió rodando con tanta violencia que derribó la precaria puerta del rancho y se perdió a los tumbos aromando de lactosa la amarga aridez de las pampas.
Estresada, Hanna rompió bolsa, y la criatura que aún no había cumplido el tercer mes de gestación, nació sin complicaciones aunque de un modo sorprendente. El varoncito, de unos quince centímetros de altura salió caminando de la entrepierna de la madre silbando una tonadilla andaluza. Vestía camisa blanca, pantalón negro ceñido a la pierna y unas botitas con tacón que lo inclinaban ligeramente hacia delante destacando la redondez de su colita.
La parturienta, aún sin poder incorporarse de entre los escombros del mobiliario, miraba estupefacta al niño que con recelo le daba pequeñas pataditas intentando confirmar que esa cosa no estaba en condiciones de atacarlo.
-No temas, soy tu madre. –dijo con los ojos llenos de lágrimas. ¡Tenemos tantos planes para ti! – agregó, utilizando un plural que no incluía a nadie. –Serás un niño estudioso, un hombre decente y trabajador, un padre responsable...
- Y por ende la deshonra de la dinastía Pata Negra.-interrumpió el gitanito indignado al tiempo que cortaba el cordón umbilical de un tajo de sevillana y desaparecía siguiendo la huella que minutos antes había trazado el queso.
Sumida en una profunda depresión la polaca pensó en dejarse morir por inanición, idea que abandonó al mismo instante que sus tripas crujieron recordándole que aún no había desayunado. Hacerlo por indigestión sería menos romántico pero mas llevadero. Una profunda pesquisa por los alrededores entregó tan magros resultados que los dos míseros huevos de lechuza que encontró y comió crudos sin demasiada convicción, solo lograron avivar su apetito.
Podría beber cicuta, pero su absoluta ignorancia sobre Sócrates, y las convicciones del filósofo ateniense se lo impidieron. Sobre Alfonsina, si bien tenía escuchada la zamba nunca la había comprendido. Sospechaba que algún poeta genuflexo había compuesto los versos para complacer a la hija de un ex presidente. De todos modos la carencia oceánica de la región era palmaria.
Resuelta a consumar el suicidio decidió ahorcarse colgándose de una viga del rancho. Cuando el gitano Peret volviera por ella arrepentido, la imagen de su cuerpo inerte y pendulante se grabaría en sus retinas recordándole su infamia de por vida.
El techo se derrumbó sin oponer mayor resistencia cubriendo de paja y barro el cuerpo de la infausta. La encontraron dos linyeras al día siguiente. A juzgar por la voracidad con la que se comió el pan duro que le ofrecieron diagnosticaron que la polaca estaba fuera de peligro.

martes, 8 de septiembre de 2009

Guarda que no para


Despuntaba el alba sobre la humilde casa y en su interior Tatono y Recelo esquivaban los aguijones afilados del sol.
Peret giraba en descubierto como tantas veces y sentía frio, Gauderio y Ramón no se movían adormecidos por un vaso de alcohol de quemar que habían logrado sacar de una vieja estufa.
En un rincón la polaca parecía una multitud enardecida por los ronquidos que se asemejaban a una manifestación de eunucos en un prostíbulo de lujo.
Peret escribió en un sobre de papel madera que hacia las veces de mantel y otras veces de servilleta unas líneas que por la textura parecían círculos
Se acercó a Hanna y dejo el mensaje en silencio para no cortar los ronquidos que crecían en sol mayor ante el sol que crecía también y se metía por la ventana sin saber de bramidos ni escrituras.
Cuando el gitano cerraba su bolso los perros lo rodearon creyendo que había algo para comer, pero los persuadió con una patada en sendos lomos y lo acompañaron rengueando hasta la ruta.
Gauderio y Ramón despertaron sobresaltados porque las patadas de Peret alcanzaron también a sendos cuerpos inertes que dejaban de serlo.
Rápidamente salieron a los quejidos y comprobaron que se iniciaba algo que se presumía como inevitable.
Era de día y además tenían hambre y además se escapaba el gitano con los perros que hacían pata por falta de dedos a un costado del camino.
Los hombres no dudaron y se sumaron al lote y ante la falta de vehículos emprendieron feroz corrida hacia las vías del tren que se vislumbraban a varias leguas.
Casi desfalleciendo lograron poner pie en los durmientes al cabo de 9 horas y 35 minutos de ejercicio.Cayeron sobre los maderos y se confundieron con ellos porque se durmieron hasta la tarde.
El ruido de la locomotora a casi 50 metros los despertó y evito una decapitación masiva.Tatono en un acto de arrojo se trepo al mal llamado mataperros de la maquina porque no lo mato.
Una vez en la cabina mordió en el cuello al conductor y lo arrojo a un costado parando la formación.
Los fugitivos lograron subir y Recelo que tomo el mando aceleró haciendo sonar la bocina en señal de triunfo y despedida.
En el interior de la casa la polaca despertaba por el trino de los pájaros y el hambre y se encontraba con la nota que no había notado hasta que reviso todo buscando a alguien.
Querida Hanna hubiera querido decirte esto pero es mejor que lo escriba
Así evito que me estropees y maldigas
Tus ojos son fueron dos brillantes
Que alumbraron mi destino
Tus pechos dos estantes
Que ahora compruebo son de pino
Tu cintura fue cautivante
Estremeció hasta el ultimo de mi sentido
Pero cuando estas adelante
Me ahogas y no respiro
Tu todo entero es tanto
Que jamás puede ser mío
Por eso es que te canto
Me voy y que te garúe fino
Sigo mi rumbo sin prisa
Tratando de aguantar la risa
Como una broma del destino el choque en Constitución coincidió con el derrumbe de la polaca sobre el sillón aunque en este ultimo episodio no hubo 44 heridos como en la terminal.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Amor discones en tiempos de cólera


La polaca quedó satisfecha con la propuesta de esperar el nacimiento del bebé y dispuesta a llevar durante el embarazo una dieta equilibrada lo mandó al gitano a comprar frutas de estación con un billete engrasado que escondía en el corpiño.
En tanto les contó que en Curarú el delegado municipal, argumentando un complot para destituirlo, había anunciado que destruiría a los insurrectos.
- A partir de mañana –dijo el mandatario en un solemne discurso de tono severo- comienza la caza de brujas.
A falta de ellas estuvo a punto de colgar de un árbol de doña Amalia, de quien se decía que era una vieja arpía, pero lograron convencerlo de que si bien la mujer era dueña de un aspecto desagradable y personalidad codiciosa, ello no justificaba su linchamiento. Finalmente se conformó con la curandera del pueblo a quien prohibió de por vida curar el empacho con cinta, y los parásitos de palabra.
Furioso por el mal comienzo la emprendió con lo que él llamaba la oligarquía terrateniente.
Don Asdrúbal Malamud, confeso opositor al delegado quien se ganaba la vida como criador de cerdos fue obligado a embaldosar el chiquero e higienizar a los animales día por medio, en virtud de una disposición de bromatología confeccionada ad hoc. De nada sirvió la opinión del comité de notables que sostuvo que chancho limpio nunca engorda. El Turco, como apodaban al productor, quedó en la ruina y los atorrantes del pueblo sin motivos para robarle de tanto en tanto un lechón, de tan flacos que estaban.
Lo medios de comunicación también tuvieron lo suyo. El semanario El Imparcial fue clausurado por omitir maliciosamente el autopromocionado viaje de la señora esposa del delegado a la vecina ciudad de Pehuajó con la finalidad de renovar su vestuario para la temporada otoño-invierno.
El comisario, según la Polaca Hanna, no movió un dedo ante tantas arbitrariedades. Sostenía que las Fuerzas Armadas, de profundas convicciones democráticas, se subordinaban plenamente al poder civil. Como pago a tamaña alcahuetería se le permitió conservar su puesto después de la vergonzosa fuga de Terranova y Gauderio y mantener el puesto de choripán a la vera de la ruta a pesar de las quejas de los automovilistas que protestaban porque justamente a la hora del almuerzo, todos los días un operativo de transito los detenía por varias horas.
Peret volvió con las manos vacías y los ojos hinchados. Al único ferroviario que quedaba, un cambista gordo y gruñon, le había sonado a broma de mal gusto que un gitano desaliñado fuera a la estación a comprar fruta.
La polaca no lo molió a palos por bruto porque le pareció redundante.
Angustiada, y como por arte de magia, extrajo de entre sus enaguas una torta de chicharrón que hizo desaparecer entre sus fauces de dos dentelladas. Después de un eructo mal disimulado le dirigió al zíngaro una mirada cargada de reproches.

martes, 25 de agosto de 2009

Si olvidara lo que ayer


En el interior se escuchaban sonidos que desconcertaban a los ocupantes que querían dormir. Los sonidos eran precisamente del interior de los estómagos vacíos y ante el desconcierto el gitano mostró su dureza pegándose los ojos con una línea de brea que colgaba del techo.
Ramón y Gauderio miraban en silencio y dejaron de mirarse porque también cerraron los ojos pero sin utilizar la brea.
Tatono salió afuera seguido por Recelo que no quería perderle pisada ante la posibilidad de que encontrara un hueso.
Pero no estaba en la intención del místico can tratar de calmar su apetito carnal sino todo lo contrario. Guiado por la luna llena llegó hasta un apestoso lugar donde alguna vez existió un basurero.
Desabrochándose el moño lo transformó en una estola para dignificar su tarea de predicar.
Acercándose a varios roedores, que mostraban también mucho apetito, comenzó a elevar una plegaria de recepción. Tal vez por diferencias de códigos o por contradicciones litúrgicas, el perro fue atacado por los miserables y escuálidos herejes.
La intervención de Recelo fue muy exitosa porque ladrando como lobo hambriento, solo le costo lo de lobo, pudo dispersar a los vándalos también hambrientos.
Desde su vapuleada condición Tatono gruño a quienes sostenían la vigencia de la fe de erratas,
Con el paso lento por las mordeduras de los roedores se apoyo en su compañero y emprendió el regreso.
A poco de llegar se paralizaron por una luz que se detuvo frente a la puerta del rancho.
De una vieja camioneta vieron descender una sombra y comprobaron que la luz no era mas que el único farol del vehiculo que funcionaba.
Se acercaron rápidamente temiendo lo peor pero se equivocaron, aun no llegaba lo peor,
En el interior de la habitación la polaca Hanna despertaba a los tiros a los presentes que querían estar ausentes.
Inmediatamente sacudió a Peret que todavía tenia los ojos pegados, mientras miraban Ramón y Gauderio que no habían podido pegarlos por los ruidos de estómagos y gruñidos de ratas.
La mujer se tocó el vientre y dejando a un lado la escopeta le dijo al gitano que venia a casarse para evitar el escarnio de ser madre soltera.
El gitano buscó la escopeta y quiso ponérsela en la boca pero fue interceptado por Tatono que mordió primero la culata y por Recelo que siguió con el banquete de madera que olía a fiambres.
El estupor era total pero lo primero que preguntaron era si traía comida y después como hizo la mujer para dar con ellos.
Hanna saco un trozo de longaniza y dijo que el comisario había sido el informante pero nadie escucho porque la batalla por un pedazo de comida fue atroz.
Tatono quiso bendecir lo que ya estaban deglutiendo pero para después las oraciones para no perder porción.
Hanna se recostó en único sillón y pregunto a los gritos y que nombre le ponemos.
El gitano logro despegarse totalmente los ojos y susurro yo no tengo nada que ver.
A nadie le gusto el nombre y decidieron que mejor seria esperar hasta el nacimiento para saber el santoral.Tatono recupero la sonrisa y bendijo finalmente los restos de la longaniza pensando en el pan que podria venir bajo el brazo de algun gitanito.

jueves, 20 de agosto de 2009

perruno busca lleno de esperanza


La noche fue una larga vigilia.
El gitano propuso jugar a la taba para matar el tiempo pero la partida debió interrumpirse cuando al primer lance Recelo capturó el hueso en el aire y salió disparado hacia las sombras perseguido por Tatono que pretendía compartir la vianda.
El gitano disparó un escopetazo a la perrada vociferando entre sollozos que la pieza, finamente incrustada en oro, estaba confeccionada con el astrágalo del pié de su abuelo, el famoso Pata Negra, de quien él había tomado su nombre.
Ajeno a todo, Gauderio alucinaba después de fumarse un improvisado cigarrillo armado con papel de diario y perejil silvestre, mientras Terranova que extrañaba su trabajo, cavaba un pozo detrás del rancho para despuntar el vicio.
Tatono harto de mordisquear la taba con magros resultados para su estómago se acurrucó sobre un cuero de oveja. Un estentóreo balido y una certera patada le advirtieron que el ovino que habitaba adentro estimaba inapropiada la idea de convertirse en acolchado sin previo consentimiento.
Machucado, y una vez mas rechazado pensó que quizá aún no había comprendido su misión sobre la tierra, la razón de tanto sufrimiento. Su muerte cruel a manos de la polaca, la ascensión a los cielos y su posterior resurrección y vuelta a la vida terrenal eran señales que no podía desconocer. ¡Era el Cristo de los canes, el hijo del Señor ungido para derramar su santo ladrido de cucha en cucha! Lo seguirían sus apóstoles Rintintín, Pluto y el mismísimo Mendieta para llevar la buena nueva hasta convertir al último de los perros circuncisos. Desde el espacio, con un guiño cómplice, Laika le prometería hacerse cargo de la ortodoxia rusa y discutir con Lassie, de mujer a mujer, el mejor modo de acabar con la guerra fría. Haría el milagro de la multiplicación de los fémures y los húmeros. Los evangelios recogerían su parábolas: “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”, “Entre mas conozco a los humanos mas quiero a mi perro”, y a las mentiras de los fariseos respondería “A otro perro con ese hueso”.
Eufórico esperó el amanecer para reunir a todos.
Gauderio lloró como una Magdalena y Recelo prosternado aulló a la luna ignorando que el satélite dejaba su turno con los primeros rayos del sol. El gitano de rodillas le suplicó a Tatono la bendición para toda su familia y una oración que le curara a él una halitosis crónica que en virtud de su escasa estatura se confundía con su habitual olor a patas.
Finalmente habló Terranova, quien solía definirse como un celoso gendarme, custodio de la delgada frontera que divide la noche de las tinieblas. Su gesto era severo.
-Mire Tatono, yo confío en su relato, muerte y resurrección incluidas, pero créame que eso no lo convierte en Mesías. No es que le falten méritos, el asunto es más complejo; tienen que darse circunstancias concurrentes en un momento histórico apropiado. Podría hablarle del subconsciente colectivo y de la permeabilidad de las masas.
¿Sabe cuantos charlatanes vagaban por Palestina invocando mensajes divinos al mismo tiempo que Jesús? Por qué cree que fue el elegido, porque era el verdadero; ¡déjese de macanas, Tatono!
Véalo de este modo. El tipo fue condenado por un gobernador romano, crucificado y subió a los cielos donde está sentado a la diestra de Dios Padre y todo lo demás. ¿No le parece glamoroso?
A usted no lo entregó Judas sino un gitano pata sucia, aquí presente. Su muerte fue en la olla, mezclado con una mula para pasta de embutidos, y por lo que me cuenta la alemana de la fonda no tenía los hábitos higiénicos de Poncio Pilatos.
Quién va a concurrir a un templo a adorar a un chorizo.
Permítame un consejo, déjese de macanas y siga siendo un buen perro que eso no es poca cosa. El arte de vivir – finalizó Terranova- consiste en que hasta los sepultureros lamenten tu muerte.
Tatono lagrimeaba emocionado abrazado por Gauderio.
-¡Viva Perón, carajo¡ gritó el gitano que no había entendido ni media palabra.

martes, 18 de agosto de 2009

Es noche de fango


La noche cerrada permitió que la fuga pasara inadvertida para los pocos habitantes despiertos, algunos borrachos que dormían sobre su brazo y algunos amantes que lo hacían sobre otro brazo que no era el propio.
En la comisaría el que percibió algo extraño era el único preso que quedaba y luego de cebarse un mate salió a la puerta a ver si podía hacer algo, pero como la noche estaba cerrada, esperó hasta que abriera y se hundió en el catre de su celda.
Lo despertó los gritos del comisario y por el rayo de sol que entraba por la ventana serían mas de las 12.Sabia que era hora del mate a la autoridad.
En segundos el mate estaba en las manos del oficial que miraba extrañado como si faltara algo hasta que otro grito despejó las cosas.
"Está frío y lavado" fueron sus palabras, pero enmudeció al ver vacía la celda donde esperaba que alguno de los otros dos hicieran algo mejor con la yerba y la calabaza.
Pero los otros dos, estaban a varias leguas, todavía corriendo, hasta que al bordear una laguna los rulemanes del biplaza derraparon y se desparramaron en el agua barrosa.Terranova puteaba su apellido pero sin la nova y Gauderio se hundía mas en su desesperación por nadar hacia la orilla con 30 centímetros de profundidad.
Recelo y Tatono, rápidos de reflejos se echaron bajo un árbol a descansar.
Ramón recobró pie y puso de pie, a quién supo ser Mendizábal y ahora no sabía donde estaba.
Los embarrados se acercaron a los perros que se alejaron para no ensuciarse y mientras se limpiaban con unas hojas de sauce, Tatono saltó de alegría pero no podía emitir sonido porque un nudo en la garganta se impedía
Ramón le desaflojó el moño y recién el perro pudo ladrarle a Gauderio que lo reconoció y se puso a llorar con lágrimas de emoción y barro.
El reencuentro conmovió a Recelo que se hizo el oso y mostró que estaba receloso con el recién llegado del pantano.
Gauderio no paraba de abrazar a su fiel amigo y después lo hizo con Tatono que también practicaba piruetas con Recelo.
Pasada la recepción los hombres miraron a su alrededor y comprobaron que estaban libres pero perdidos y además eran prófugos que podrían ser encontrados.
La situación era complicada además porque un toro se acercaba inquieto por las piruetas de los perros a quienes confundía con alguna amenaza para sus vacas.
Para evitar malos entendidos el biplaza fue abandonado en el barro y en veloz corrida llegaron en segundos detrás de un alambrado que estaba a 700 metros.
La tarde caía sobre el campo y el campo no la levantaba porque después le caía la noche y el después del día y así sucesivamente.
Gauderio y Terranova vieron bajo una arboleda una casita que dejaba salir de su chimenea una línea de humo.
Se acercaron y gritando "buenas y santas" fueron recibidos con un escopetazo al aire por parte de Peret el gitano que se escondía también de las autoridades y quemaba los restos de sus fechorías para no tener evidencias a la hora de alguna redada.
En la fogata ardían una canasta con cáscaras de zapallo, una lata vacía de porotos, una botella también vacía y unos restos de prendas que parecían de mujer.
Peret no quería huéspedes pero aceptó cuando ofrecieron pagarle los únicos 30 pesos que tenían hasta que recuperaran fuerzas.
Asegurada la vivienda procuraron la comida y salieron a cazar con la escopeta del gitano que seguía quemando una par de broches de la ropa.
Afuera caía la noche y el campo maldecía al gaucho que dijo que "un tropezón no es caída"Los hombres maldecian también porque no había ni una lechuza a la vista,la noche otra vez cerrada.

viernes, 14 de agosto de 2009

El viento los amontona


En el pueblo todos comentaban el suceso y no faltaban las hipótesis disparatadas.
Algunos proclamaban la inocencia del sepulturero, argumentando que la rueda del molino había sido impulsada por el espíritu la difunta como represalia por una permanente defectuosa que le había chamuscado los pelos, horas antes de su tradicional discurso en la Sociedad Filatélica Evangelista.
Otros, por el contrario, apuntaban directamente a Terranova, pero descartando el carácter accidental del acontecimiento. Para estos, el peluquero – conocido levantador de quiniela – había pagado con la amputación de dos dedos a la altura del metacarpo el incumplimiento de una sacra deuda de juego. Según las versiones, cuando el sepulturero acertó el cuarenta y ocho en redoblona, haciendo saltar la banca, Don Esteban desconoció la apuesta argumentando que la Ordenanza de Ética Municipal era taxativa en prohibir a sus empleados utilizar información privilegiada en provecho propio: la relación de Ramón con los muertos –según su defensa- era harto conocida.
En este clima de agitación pública, Gauderio, quien supo ser Mendizábal, llegó al lugar portando su humilde atadito. La presencia del forastero fue tan notoria que la policía, en cumplimiento de las funciones que le son propias por delegación ciudadana lo detuvo de inmediato. Fue así que como por obra de las circunstancias, que algunos llaman casualidad, conoció y compartió la celda que hasta entonces habitaba en soledad Ramón Terranova, de profesión sepulturero. Él le enseñó a sobrevivir en el hostil ambiente carcelario. Aprendió los códigos y el argot de los reclusos, y se hizo hábil en el arte de liar cigarrillos con el yute de la suela de las alpargatas. Cuándo Terranova le habló del canuto, imprescindible para poner el dinero a buen resguardo, pensó que nunca lo lograría. La técnica, conocida como La Gran Papillón, le costó sudor y lágrimas, literalmente hablando, en virtud que el único recipiente disponible en el calabozo era un envase de pelotas de tenis. Fue demasiado tarde cuando advirtió que no tenía ni un solo peso para esconder.
El primer plan evasivo fue analizado con matemática precisión. Cavarían un túnel, en dos turnos de seis horas, lo que les permitiría avanzar treinta centímetros por semana, con lo cual al cabo de dos años y ocho meses llegarían hasta el pozo ciego del excusado que estaba afuera, desde donde escaparían con facilidad escondidos en el depósito del camión atmosférico que llegaba ese día para la descarga semestral.
El proyecto fue cancelado cuando cayeron en la cuenta de que el tiempo necesario excedía largamente las dos semanas de calabozo prometidas.
Pero los dos compañeros de infortunio estaban decididos a fugarse; la idea les provocaba excitación. Cuando supieron que Gauderio iba ser llevado en presencia del comisario para un interrogatorio acordaron llevar adelante el Proyecto Terremoto.
El recluso rechazó los cargos con tanto énfasis, que sus primeras negativas, apoyadas con violentos movimientos de cabeza provocaron el derrumbe del viejo destacamento.
Afuera los esperaba un ataúd biplaza, montado sobre rulemanes y tirado por dos perros, que partió con los evadidos, perdiéndose en la noche.

martes, 11 de agosto de 2009

Aflojando


Terranova estaba casi por meter la cabeza en su apellido ante el fracaso del delibery de cuerpos.
En su segunda incursión había intentado el acuerdo con Pascual Figueroa, un viejo capataz de estancia retirado, que había perdido a su mujer Amalia en un trágico accidente aéreo.
La pobre mujer fue aplastada por la hélice de un viejo molino que estaba sobre la casa de la pareja.
Lo mas cruel fue que Pascual reparó las aspas a martillazos y las clavó en la tumba de la finada con una frase que causaba espanto “que sean las alas que te lleven al cielo”.
Ramón siempre sentía un escalofrío cuando pasaba por la tumba de Doña Amalia tal vez porque daba al portón trasero por donde se colaba un ventarrón que hacia aletear las aspas.
Pero Pascual estaba retirado y no quería regresar fundamentalmente a su casa. Se había retirado a las montañas con un perro pastor, que cortaba el pasto con los dientes para retozar.
Pero la historia la supo de los inquilinos que habitaban la casa del malogrado matrimonio que bien logrado vivían sin depositar una moneda a cambio, por falta de dueño.
Como es natural no quisieron ningún cuerpo y menos de la occisa con temor a algún reclamo del mas allá por parte del alquiler adeudado mas acá.
Cansado de su ideario por unir a familias y muertos y ante la mirada cada vez más incomprendida de Tatono y Recelo, decidió tomar el toro por las astas.
A falta de toro tomo las astas del molino y las revoleó por la calle en señal de desahogo y para no patear a los perros que se ocultaban para mover la cola.
La tragedia estaba a la vuelta de la esquina y Ramón la encontró cuando dobló.
La vieja hélice estaba clavada en la puerta de la peluquería de Don Esteban como estocada asesina.
Esto cada vez peor, dijo Ramón que se acercó a evaluar los daños y comprobó que había sido una desgracia con suerte.
Las aspas estaban intactas pero Don Esteban había perdido dos dedos que estaban justo en el picaporte, que justo iba a abrir, para salir justo, a llamar a su hijo Justo.
Los dedos cercenados estaban en el suelo y no se movían pero si el peluquero que se retorcía de dolor y no tenia los dedos para cerrarlos y pegarle una trompada a Ramón.
Tatono y Recelo actuaron de inmediato ante la parálisis de la víctima y victimario y corrieron a buscar ayuda.
El alboroto atrajo a los vecinos que actuaron también y mejor y al cabo de una hora el único cirujano del pueblo, había logrado con éxito implantar los dedos aunque mordidos por Tatono que los trajo al dispensario.
Terranova sintió alivio ante el trágico suceso, que terminaba bien aunque debió permanecer detenido por dedicidio preterintencional con atenuante de reconstrucción manual.
El comisario lo dejó en el calabozo por dos semanas, porque cebaba mates con espuma, hasta que se dió cuenta que le colocaba unas gotas de detergente a la yerba.
Tatono y Recelo mientras tanto se encargaron de cuidar el cementerio y vaciar el osario.
Don Esteban pintaba en su peluquería sobre la vieja hélice que permanecía clavada en la puerta un cartel de promoción que decía “la mejor mano para el corte”

viernes, 7 de agosto de 2009

Corriendose al interior


Finalmente Gauderio logró vencer el síndrome de abstinencia. El dulce de membrillo y el salame de Colonia Caroya fueron vitales en su tratamiento. Repuesto de su adicción a las hierbas, ahora debía luchar contra la obesidad y el colesterol.
Intentando rehacer su vida hizo un recuento de todo lo que había perdido por el flagelo del tilo y la peperina. El balance arrojó resultados tan magros que estuvo a punto de darse un saque de valeriana y clavo de olor.
Pero su fuerza interior, su criolla rebeldía y su ancestral resistencia, le alejaron los malos pensamientos y se clavó una gruesa rodaja de picado grueso que empujó con medio vaso de tinto. - ¡Seré un artista callejero! –gritó a los cuatro vientos, sin que estos le prestaran la menor atención, ocupados como estaban en generar un fenomenal revuelo de hojas secas.
Después de una semana de entrenamiento a puertas cerradas se dirigió resuelto a ganarse el sustento en la calle. Elegir cuál de ellas fue sencillo, el pueblo tiene una sola.
Su primer acto, un número de malabarismo con alpargatas, no pudo ser justamente valorado ante la ausencia total de paseantes al momento de la ejecución. Minutos mas tarde y por la misma razón debió cancelar el de hipnosis con berenjenas.
Los ojos se le iluminaron cuando vio acercarse un vehículo a lo lejos. Debía poner toda la carne en el asador y apeló a su celebrada caminata por las brasas. Como la arteria carecía de semáforo y la camioneta del Braulio de frenos el resultado no fue el esperado. Las contusiones no fueron tan graves como las quemaduras de los pies que parecían morcillas, mostrando lo inseguro de las técnicas orientales.
-Un pueblo que no valora a sus artistas no merece ser habitado – dijo indignado mientras abandonaba el dispensario donde recibió las primeras atenciones.
Dispuesto a marcharse, juntó sus miserias en un pequeño atadito, echó una última mirada a las paredes desprovistas de recuerdos y enfiló hacia ningún lado silbando una canción triste que creía haberle escuchado a don Antonio Tormo.
Por un rato imaginó que el Tatono iba a su lado con ese tranquito rápido que tienen los perros de patas cortas.
- Adonde va- le preguntó un camionero, aburrido de hacer leguas y leguas sin nadie con quien charlar.
- Adonde usted vaya – le agradeció Gauderio acomodando su equipaje entre las piernas.
Pasada la medianoche el hombre detuvo el camión en un cruce de rutas frente a un local iluminado con lamparitas rojas.
- Venga – le dijo- vamos a descansar un rato. Yo invito la cerveza, lo otro es cuestión suya.
Acodado en la barra, bebiendo a traguitos cortos, se dispuso a esperar al camionero que había desaparecido detrás de un cortinado.
Entonado por el alcohol y como un acto reflejo de tiempos idos, el Gauderio enfocó a una morocha austera de ropas y ensayó un cabezazo que a juzgar por los resultados se mantenía genéticamente intacto, aunque sin la intensidad de otrora.
Las botellas tintinearon en las estanterías y a una flaca de labios como riñones y nariz respingada, se le quebraron los tacos aguja.
- ¡Hola guapo! –saludó la mujer tomándose de Gauderio para no caerse. – Vaya tío, que tu eres el mismo Mendizábal.
El Paco le contó que ahora era Paquita, gracias a un afamado cirujano santiagueño que operaba por canje. En el local – contó el asturiano- era la más codiciada.
- Te dejo guapo, tengo que hacerle un bucal a un tío que tiene toda la pasta. Te bebes otra que yo invito.
De vuelta, el camionero tomaba su segunda cerveza charlando con un amigo que reía a carcajadas. Le contaba que en el pueblo, allí muy cerca, andaba un loco que asustaba a la gente paseando a un finado en un cajón con rueditas, seguido por dos perros de luto.

jueves, 6 de agosto de 2009

Sexo Real


Faltaba la "t", pero el pobre Ramón recién se dio cuenta cuando colocó la lapida en la tierra removida: pensó en hacer una nueva pero la pintura era escasa y tenía dos trabajos más antes que consiguiera una lata nueva.
Como el occiso tenia pocos parientes en el lugar, porque los restantes 7 hermanos Real estaban en Buenos Aires, solo el mayor obviamente llamado primero que era corto de vista y tenia 89 años, venia muy poco al visitar las tumbas de sus seres queridos.
A su lado Tatono y Recelo se disputaban una mandíbula que habían rescatado del osario y no dejaban que Terranova se concentrara en las letras.
Para evitar mas errores el cuidador gritó a los perros y sacó un fémur de bolsillo, que revoleo a 30 metros para que fueran a buscarlo y lo dejaran tranquilo.
Los días eran muy rutinarios y salvo el entierro de alguien importante, no se juntaban más de 20 personas por día en el cementerio.
Ramón, que siempre buscaba un horizonte aunque lo tenia a la vista abriendo el portón de entrada, pensó en la angustiosa relación de los vivos con los muertos. En los que se hacían los vivos y no venían nunca, como en los que se hacían los muertos y tampoco aportaban ni una flor en las tumbas que prolijamente barría con una escoba mojada.
En un original intento por revertir tal situación y tomando en cuenta que muchas veces llamaba a la cantina de Don Jacobo para que le trajeran un poco de vino se le ocurrió hacer el delivery de cuerpos.
Pasó la noche dibujando y pensando, hasta que la idea estuvo terminada y se las mostró a los perros que jugaban con la escoba que estaba colgada del techo para secarse.
Tatono y Recelo se aburrieron con las explicaciones y miraron los dibujos como quien lee la formula matemática de la interrelación atómica de las bujías de un auto.
O sea movieron la cola y siguieron moviendo la escoba.
Ramón se sintió incomprendido por sus fieles compañeros, pero no desfalleció sino se durmió puteando hasta la escoba.
Muy temprano el cuidador preparó un viejo ataúd que estaba de muleto en un galpón, lo lustró con querosén y lo puso en un tablón con rueditas de rulemanes.
Buscó flores de plástico, que hace mucho nadie reclamaba y colocó en el frente una lápida negra para pintar con tiza y recorrer casa por casa según las circunstancias.
De una franja negra de corona hizo tres moños y se puso el más grande para luego apretarles el cuello a Tatono y Recelo con los restantes, tomándose revancha de la poca intención nocturna.
El servicio de reencuentro a domicilio estaba en marcha y solo faltaban los clientes o deudos que esperaba, fueran acreedores, porque detrás de la idea estaba el negocio.
La familia afectada por la presencia in situ del finado o finada debería aportar alguna moneda para la posterior ubicación en su sepultura original con flores incluidas.
Caso contrario seria amenazada con dejar el féretro en el living.
Ramón enfiló a la casa de la familia Castañeda que perdieron al padre hace seis años y jamás habían venido ni a patear la tumba como era costumbre de muchos.
Los Castañeda eran muy trabajadores y según decían no paraban nunca, aunque los 8 hijos, 23 nietos y 11 bisnietos los contradecían.
Dona Herminda abrió la puerta y se encontró con Ramón, Tatono y Recelo todos de moño y el cajón que olía a querosén brillando bajo la parra de entrada con el nombre de su querido Romualdo en la negra lapida pizarra que ostentaba una cala amarillenta.
La mujer se hechó a llorar desconsoladamente porque el cajón le había aplastado tres malvones y para colmo los perros le habían meado el rosal que cuidaba mas que a su familia.
Luego de las explicaciones del caso y el traslado del cajón al living la confusión fue total y Doña Herminda dejándose caer en un sillón aceptó el trato y se quedó con el ataúd echando a los intrusos sin moverse y arrojándoles a la cabeza viejas fotos del finado que estaban sobre una pequeña mesa.
Ramón sabia que no siempre se gana y pateando a los perros para desquitarse se fue a la cantina de Don Jacobo a seguir quitándose la frustración con vino.
A la noche en la casa de los Castañeda un asado reunió a todos, que también bebieron vino y comieron gustosos, aunque algunos de los chicos dijeron que la carne tenia gusto a querosén.

un roto y un descosido


Ajena a los avatares del Tatono doña Hanna recibió una visita inesperada. El gitano venía por los animalitos que le había dejado a su cuidado, ignorando que la robusta cocinera los había convertido en apetitosos bocados.
La polaca, que en ese momento desplumaba una docena de chimangos para elaborar sus famosas codornices en escabeche, le pidió que viniese mas tarde argumentando que el perrito y la mula estaban en lo del veterinario para un chequeo de rutina.
Cuando el hombre volvió por la fonda recibió un nuevo embuste como respuesta. Le dijo que los tenía en penitencia por mala conducta y que no podían recibir visitas. La mula –explicó- siempre me patea en contra y el perro le voltea las ollas de la cocina, y lejos de reconocer su torpeza se hace el boludo, como es propio de la especie.
- Ya que está aquí y para darle sentido a su viaje –señaló doña Hanna – he pensado que bien podría arreglarme las goteras del techo que tantas molestias causan a mi distinguida clientela.
A cambio, después del cierre del establecimiento, lo agasajaría con alguna de sus afamadas exquisiteces.
El gitano debió aclararle que él era zíngaro no zinquero, pero que de todos modos aceptaba el convite.
-Por qué no nos presentamos- dijo galante. Peret, encantado, pero dígame Pata Negra, como mi abuelo.
-Hanna, tanto gusto, para los amigos La Polonesa. Espero que sabrá tocarme tan bien como Chopin- contestó son esa sutileza tan propia de las mujeres de su tierra.
- Mis dedos harán milagros en su teclado voluptuoso- siguió excitado el gitano a punto de abandonar la escalera y pasar a la vía de los hechos.
-Callesé, no ve que me sonrojo, me turbo, me caliento...
El romaní pasó unas horas sobre el techo sin hacer nada. Con la sequía que hay, malo será que llueva antes de la noche – pensó mientras se hurgaba las orejas con la uña del dedo meñique que conservaba larga para tales menesteres.
La polaca, mientras atendía a los últimos comensales entre los vahos de la grasa de cerdo y el aceite recocido, concluyó que el gato de la vecina, que solía venir por los desperdicios, bien pasaría por liebre en las fauces de su invitado.
-¡Al fin solos! Suspiró doña Hanna. –que si bien era gorda y patizamba, carecía de belleza.
- Su guisado es delicioso.-galanteó el gitano mientras se desabrochaba el cinto para aumentar la capacidad estomacal. ¿Usted no va a servirse?
- Estoy a dieta, prefiero unos huevos fritos. Disfrute de su liebre que la carne de felino es un gran afrodisíaco.
Con un estentóreo eructo y unas palmadas en la barriga, Pata Negra dio por terminada la ingesta y abordó sin mas a la polaca que liquidaba con una miga de pan su onceavo huevo frito.
En un rincón de la despensa, sobre un camastro indecente, él le mintió amor eterno correspondido por ella con un fingido placer.
Al amanecer, la polonesa vació escrupulosamente los bolsillos del gitano envuelto en una tormenta de ronquidos. Cuando despertó, creyéndola dormida, se vistió en silencio y abandonó la fonda a hurtadillas. A la pasada se tentó con un jamón que colgaba del techo, y corriendo por el patio se lamentó de no poder volver por la mula y el perrito que seguirían en penitencia.

martes, 4 de agosto de 2009

Carancanfum (giro sin calesita)

Dicen que de noche todos los gatos son pardos, entonces apelando a la caída del sol, en realidad de la noche sobre el día, el famélico Tatono recordó su capacidad para seguir andando y también que el hambre lo tenía paralizado
Esperando en silencio que las primeras luces encandilaran un poco la mirada nublada por el alcohol de los parroquianos, que no iban mucho a la parroquia porque el cura se daba una vuelta por el bar, el can trazó su estrategia.
Esta vez no entraría maullando sino rebuznando como en sus mejores épocas de mula y apelando a la sorpresa se alzaría con una sorpresata que estaba sobre el mostrador.
Así las cosas pero el sonido, ya sea porque había perdido entrenamiento o porque no tenia nada en el estomago, sonó como un cuis apastado bajo las ruedas de un camión.
Evidentemente logró su cometido porque salieron todos a ver el supuesto luctuoso accidente porque era una gran novedad. Los cuises habían emigrado a las sierras cansados de competir con las ruteras y los camiones estaban, a esa hora, con las sucesoras de los roedores.
Fueron segundos de hociquear el trofeo, pegarle un patadón al gato que vigilaba desde la caja y salir por donde había entrado masticando para no perder tiempo.
Rendido Tatono cayó a los pies de un árbol, que estaba descalzo, una tipa, especie andrógena que era muy polémica y escandalosa en la vegetación del lugar.
Los rayos de sol lo despertaron y también la sorpresata que había comido de apuro y ahora lo tenia a las corridas.
En una de esas corridas el perro encontró un lugar que le resultó familiar, era el cementerio del lugar, que se parecía a casi todos los campo santos de otros lugares, que a la vez se parecían entre sí.
La soledad del lugar lo animó y mucho mas lo árboles del fondo donde calmar su indigestión.
Cuando giró para saber donde podría correr en caso de peligro. se encontró con dos canes muy esbeltos. Uno dijo ser cimarrón y el otro cinegro, aunque en realidad se trataba de dos animales británicos que ostentaban el prefijo sir y uno era marrón y el otro negro. En el Reino Unido la tienen clara o tal vez oscura para la denominación perruna.
Evidentemente no se entendieron mucho porque Tatono no ladraba el inglés y los foráneos solo movían la cola.La conversación duro un suspiro y se fueron cuando de lo mas profundo del espíritu criollo, el escuálido can les mordió lo que movían diciendo las Malvinas son argentinas.
El hecho fue observado desde lejos por Ramón Terranova que estaba al cuidado del cementerio desde hacía 20 años y deseaba jubilarse pronto para no quedarse toda la vida en su lugar de trabajo.
Ramón tenía 35 años y le faltaba un poco para lograr el beneficio, pero siempre soñaba con ese momento.
El hombre se acercó con recelo, un perrito juguetón que traía un hueso humano en su boca y lo miró por un largo rato.
Recelo soltó el hueso y Tatono se apodero de la tibia que estaba fría y corroída. Los tres se miraron y comprendieron que nacía una nueva etapa.
Como contracara a pocos metros enterraban a dos paisanos que se habían peleado en un bar apostando por encontrar un cuis aplastado.