martes, 8 de septiembre de 2009

Guarda que no para


Despuntaba el alba sobre la humilde casa y en su interior Tatono y Recelo esquivaban los aguijones afilados del sol.
Peret giraba en descubierto como tantas veces y sentía frio, Gauderio y Ramón no se movían adormecidos por un vaso de alcohol de quemar que habían logrado sacar de una vieja estufa.
En un rincón la polaca parecía una multitud enardecida por los ronquidos que se asemejaban a una manifestación de eunucos en un prostíbulo de lujo.
Peret escribió en un sobre de papel madera que hacia las veces de mantel y otras veces de servilleta unas líneas que por la textura parecían círculos
Se acercó a Hanna y dejo el mensaje en silencio para no cortar los ronquidos que crecían en sol mayor ante el sol que crecía también y se metía por la ventana sin saber de bramidos ni escrituras.
Cuando el gitano cerraba su bolso los perros lo rodearon creyendo que había algo para comer, pero los persuadió con una patada en sendos lomos y lo acompañaron rengueando hasta la ruta.
Gauderio y Ramón despertaron sobresaltados porque las patadas de Peret alcanzaron también a sendos cuerpos inertes que dejaban de serlo.
Rápidamente salieron a los quejidos y comprobaron que se iniciaba algo que se presumía como inevitable.
Era de día y además tenían hambre y además se escapaba el gitano con los perros que hacían pata por falta de dedos a un costado del camino.
Los hombres no dudaron y se sumaron al lote y ante la falta de vehículos emprendieron feroz corrida hacia las vías del tren que se vislumbraban a varias leguas.
Casi desfalleciendo lograron poner pie en los durmientes al cabo de 9 horas y 35 minutos de ejercicio.Cayeron sobre los maderos y se confundieron con ellos porque se durmieron hasta la tarde.
El ruido de la locomotora a casi 50 metros los despertó y evito una decapitación masiva.Tatono en un acto de arrojo se trepo al mal llamado mataperros de la maquina porque no lo mato.
Una vez en la cabina mordió en el cuello al conductor y lo arrojo a un costado parando la formación.
Los fugitivos lograron subir y Recelo que tomo el mando aceleró haciendo sonar la bocina en señal de triunfo y despedida.
En el interior de la casa la polaca despertaba por el trino de los pájaros y el hambre y se encontraba con la nota que no había notado hasta que reviso todo buscando a alguien.
Querida Hanna hubiera querido decirte esto pero es mejor que lo escriba
Así evito que me estropees y maldigas
Tus ojos son fueron dos brillantes
Que alumbraron mi destino
Tus pechos dos estantes
Que ahora compruebo son de pino
Tu cintura fue cautivante
Estremeció hasta el ultimo de mi sentido
Pero cuando estas adelante
Me ahogas y no respiro
Tu todo entero es tanto
Que jamás puede ser mío
Por eso es que te canto
Me voy y que te garúe fino
Sigo mi rumbo sin prisa
Tratando de aguantar la risa
Como una broma del destino el choque en Constitución coincidió con el derrumbe de la polaca sobre el sillón aunque en este ultimo episodio no hubo 44 heridos como en la terminal.

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