martes, 18 de agosto de 2009

Es noche de fango


La noche cerrada permitió que la fuga pasara inadvertida para los pocos habitantes despiertos, algunos borrachos que dormían sobre su brazo y algunos amantes que lo hacían sobre otro brazo que no era el propio.
En la comisaría el que percibió algo extraño era el único preso que quedaba y luego de cebarse un mate salió a la puerta a ver si podía hacer algo, pero como la noche estaba cerrada, esperó hasta que abriera y se hundió en el catre de su celda.
Lo despertó los gritos del comisario y por el rayo de sol que entraba por la ventana serían mas de las 12.Sabia que era hora del mate a la autoridad.
En segundos el mate estaba en las manos del oficial que miraba extrañado como si faltara algo hasta que otro grito despejó las cosas.
"Está frío y lavado" fueron sus palabras, pero enmudeció al ver vacía la celda donde esperaba que alguno de los otros dos hicieran algo mejor con la yerba y la calabaza.
Pero los otros dos, estaban a varias leguas, todavía corriendo, hasta que al bordear una laguna los rulemanes del biplaza derraparon y se desparramaron en el agua barrosa.Terranova puteaba su apellido pero sin la nova y Gauderio se hundía mas en su desesperación por nadar hacia la orilla con 30 centímetros de profundidad.
Recelo y Tatono, rápidos de reflejos se echaron bajo un árbol a descansar.
Ramón recobró pie y puso de pie, a quién supo ser Mendizábal y ahora no sabía donde estaba.
Los embarrados se acercaron a los perros que se alejaron para no ensuciarse y mientras se limpiaban con unas hojas de sauce, Tatono saltó de alegría pero no podía emitir sonido porque un nudo en la garganta se impedía
Ramón le desaflojó el moño y recién el perro pudo ladrarle a Gauderio que lo reconoció y se puso a llorar con lágrimas de emoción y barro.
El reencuentro conmovió a Recelo que se hizo el oso y mostró que estaba receloso con el recién llegado del pantano.
Gauderio no paraba de abrazar a su fiel amigo y después lo hizo con Tatono que también practicaba piruetas con Recelo.
Pasada la recepción los hombres miraron a su alrededor y comprobaron que estaban libres pero perdidos y además eran prófugos que podrían ser encontrados.
La situación era complicada además porque un toro se acercaba inquieto por las piruetas de los perros a quienes confundía con alguna amenaza para sus vacas.
Para evitar malos entendidos el biplaza fue abandonado en el barro y en veloz corrida llegaron en segundos detrás de un alambrado que estaba a 700 metros.
La tarde caía sobre el campo y el campo no la levantaba porque después le caía la noche y el después del día y así sucesivamente.
Gauderio y Terranova vieron bajo una arboleda una casita que dejaba salir de su chimenea una línea de humo.
Se acercaron y gritando "buenas y santas" fueron recibidos con un escopetazo al aire por parte de Peret el gitano que se escondía también de las autoridades y quemaba los restos de sus fechorías para no tener evidencias a la hora de alguna redada.
En la fogata ardían una canasta con cáscaras de zapallo, una lata vacía de porotos, una botella también vacía y unos restos de prendas que parecían de mujer.
Peret no quería huéspedes pero aceptó cuando ofrecieron pagarle los únicos 30 pesos que tenían hasta que recuperaran fuerzas.
Asegurada la vivienda procuraron la comida y salieron a cazar con la escopeta del gitano que seguía quemando una par de broches de la ropa.
Afuera caía la noche y el campo maldecía al gaucho que dijo que "un tropezón no es caída"Los hombres maldecian también porque no había ni una lechuza a la vista,la noche otra vez cerrada.

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