intercambio de ideas,delirios y expresiones que hacen a la comunicación
Me alegró mucho su correspondencia y mucho más la información que suministra sobre tan ilustre personaje del oeste pampeano.Don Jacinto, según gustaba referir en las tertulias, era descendiente remoto de Manuel Carrillón del Bosque, al que en su Coruña natal conocían simplemente como Manolo. La tradición familiar, transmitida de boca en boca, ante la ausencia de medios menos propensos a los olvidos y tergiversaciones, le atribuía ser el inventor de la bicicleta. Jacinto, cuando alguna copa de anís le retemplaba los ánimos, solía afirmar orgulloso que la bicicleta era un invento gallego y familiar.Gaspar Castiñeira, director del periódico local, sospechaba que la historia era falsa y después de documentarse convenientemente recurriendo a la enciclopedia Lo se Todo, intentó ponerlo en ridículo delante de sus habituales interlocutores. Le enrostró vehementemente que la historia reconocía a Leonardo da Vinci como el antecedente mas antiguo, al francés conde Mede de Siruac, inventor del celífero y a Ernest Michaux quien puso los pedales en la rueda delantera. Nada había en los libros sobre Manuel Carrillón del Bosque ni de su apodo Manolo.Don Jacinto primero enrojeció de ira y luego rompió en llanto. La historia no era del todo falsa.Manolo, un jóven gallego aldeano había tenido la original idea pero no le alcanzó el dinero ni la vida para acabar de desarrollarla. Construyó un bastidor de madera, dos ruedas de hierro, un asiento de cuero de oveja y lo que es mas importante, en francia tardaría un siglo en inventarse, los pedales.Castiñeira a quien no le faltaba malicia pero tampoco nobleza afirmó que ese dato era cierto: grabados de la época en cuestión-señaló- mostraban a los nobles franceses impulsando el vehículo con las puntas de sus piés.El fracaso de Manolo consistió en que no logró desarrollar el elemento de transmisión llamado cadena. El prototipo no lograba avanzar ni un centímetro por mas que Carrillón del Bosque dejara la vida pedaleando.Vecinos del lugar y amigos personales, deslumbrados por el invento se montaban entusiastas mientras Manolo, reconcentrado, observaba el esfuerzo de sus colaboradores sin poder entender qué cosa estaba fallando.Estimado amigo, la historia me conmovió. Cuantos heroes injustamente olvidados, cuantos pioneros vituperados.Imagínese usted la frustración de aquel que durante horas esperó a la paloma portando en su mano izquierda la horqueta de madera y en la derecha el cuerito con la piedra, en ausencia total de la doble banda elástica que uniera a ambas.Antes de morir, Jacinto me mostró solo a mí, un daguerrotipo de su tío Carrillón del Bosque con su invento inconcluso. Era una imágen clara a pesar de lo primitivo de la técnica y el paso del tiempo. El hombre montaba el aparato, vestía un modesto traje de tela vasta y cubría su cabeza con una gorra. Los zapatos se posaban sobre los pedales y la ausencia de cadena era evidente.No puedo explicarme por qué en las botamangas del pantalón se había colocado un par de broches de esos que se usan para tender la ropa.Lo saludo.
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