
"pobre mi hermana le salió cornudo el marido"
Tal el comentario de una señora de mi pueblo. Me pareció lindo compartirlo.
Yo he decidido profundizar mi animadversión por el trabajo. Trato de ocupar mi tiempo en dos pasiones tan fuertes como disímiles: el golf (y la reputísima madre que lo parió) y mis lecturas sobre cristianismo, judaísmo e islam. El golf es apasionante, lástima que no pueda dedicarle mas de cinco horas diarias, eso sí los fines de semana le doy duro.
Las religiones son fascinantes. Parece mentira que gran parte de la humanidad se rija por tantas boludeces de origen tribal. Y pensar que nos decían que los nativos eran unos ignorantes porque adoraban al sol.
Mi hija tiene dieciséis y está de novia hace mas de un año. Su máximo orgullo es vivir en una nube de pedo. Yo la reto y le oculto que a su edad lo único que me importaba era jugar al poker. Es comprensible, intento trabajar de padre. Y un buen padre debe ocultar sus miserias y hacer sentir a su hijo el peor de los rufianes.
Mi mujer está muy bien, mucho mejor de lo que uno puede esperar de una señora de 56. Mi vieja sigue tironeando, pero viva, y por temporadas, lúcida.
Cuando puedas contarme lo que tengas ganas. Un fuerte abrazo
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